Pintado

Cómo funciona el proceso de pintado

El pintado de los metales es un proceso fundamental para proteger y decorar superficies metálicas. Este procedimiento implica la aplicación de una capa de pintura sobre la superficie del metal, que puede realizarse mediante diferentes técnicas, como la pulverización, el pincelado o la inmersión

La pintura actúa como una barrera protectora contra la corrosión, evitando que el metal entre en contacto con la humedad y otros agentes atmosféricos susceptibles de causar daños con el paso del tiempo. Además, la pintura también ofrece una estética agradable, permitiendo personalizar la apariencia del metal en función de las preferencias del cliente o de su uso específico.

Las fases del pintado

El pintado de superficies metálicas implica varias fases cruciales para garantizar resultados óptimos. La primera fase consiste en la preparación de la superficie a través de un proceso de granallado, a fin de eliminar contaminantes, óxido y pinturas viejas mediante la acción abrasiva de granos de arena u otras sustancias abrasivas. Una vez completada la fase de preparación, se pasa a la fase de aplicación de la pintura. Se puede realizar mediante diferentes técnicas, como la pulverización, que asegura una distribución uniforme de la pintura sobre la superficie metálica. A continuación, se procede a la fase de secado, durante la cual la pintura aplicada se deja secar por completo.

Cómo elegir la pintura más adecuada

La elección de la pintura y del método de aplicación depende de las características del metal, del entorno en el que se utilizará y de las necesidades estéticas y funcionales del proyecto.

Descubre más sobre nuestras soluciones para el pintado

Para más información sobre los tratamientos de preparación para el pintado y nuestras soluciones, no dudes en contactar con nosotros. Nuestro equipo de expertos está a tu disposición para ofrecerte asesoramiento personalizado y detalles técnicos.

Los tipos de pintura más comunes

 

Los diferentes tipos de pinturas para metales ofrecen soluciones específicas para una amplia gama de aplicaciones y necesidades. Entre las más comunes se encuentran las pinturas a base de resinas epoxi, conocidas por su resistencia a la corrosión y al desgaste, que son ideales para superficies metálicas expuestas a los agentes atmosféricos o a entornos industriales agresivos. Las pinturas a base de resinas de poliuretano son apreciadas por su durabilidad y resistencia a los impactos, por lo que son aptas para aplicaciones que requieren una superficie metálica robusta y fácil de limpiar, como las superficies de maquinaria o equipos industriales.

Por otro lado, las pinturas a base de resinas alquídicas se utilizan habitualmente para aplicaciones decorativas, gracias a su capacidad de adherirse bien a las superficies metálicas y a la amplia gama de colores disponibles. Las pinturas en polvo son otra opción común y son especialmente utilizadas para revestimientos protectores sobre metal, gracias a su resistencia a la corrosión, a los agentes químicos y a las condiciones atmosféricas extremas.